Cadena de libros
"<<Así pasé la tarde; solo y abandonado en una esquina de la habitación. Apenas podía ver nada. Sentía humedad en mi pecho de las lágrimas que resbalaban de mi cara y se adherían a la camiseta.
¿De verdad merecía aquello? Mi mente se atormentaba pensando que quizá todo era mi culpa.
Ciertamente lo era. Había dañado a todo el mundo que quería, les había tratado de formas inadmisibles. Y además ellas no estaba...
Nunca he sido un chico muy estable. Mi personalidad solía entrar en crisis por pequeños detalles que quemaban mi interior como simples rastrojos. Ya era suficiente. Mi idea de ambición, mi idea de superioridad... No podía seguir así, pues cada día el dolor era menos sobrellevable. Estaba harto de perder todo aquello que amaba.
La parte más oscura de mi corazón me llamaba. esa misma parte donde confinamos todos los sentimientos incompatibles con el mundo donde vivimos. Ahora las dos partes de mi corazón se habían unido. Sin vuelta atrás.
Me levanté. Con la manga derecha borré cualquier rastro de lágrimas. Me acerqué a una de las paredes para orientarme porque todo estaba a oscuras. Las cosas más secretas nacen en esta misma oscuridad. Subí la persiana y el viejo fulgor de un sol anaranjado se filtró en mi habitación. Abrí la ventana también. Aquel rayo de luz sería el metrónomo de mi vida, su extinción y la mía se habían ligado. La suave brisa me azotaba en la cara ahora que me había subido al alféizar. Mis últimas imágenes empezaron a volverse borrosas. Debajo de mí, solo la perdición. La suave brisa ahora cortaba mi cuerpo, que se precipitaba al vacío y estaba condenado a desaparecer como el sol que pronto se pondría. El suelo avanzaba vertiginoso hacía mí, hasta que el rayo se oscureció, y con él mi cuarto y mi vida.>>
Levanté la mirada del libro. Había perdido la noción de la realidad. Pasé mi mano por su contra portada, dura y firme, para cerrarlo.El resto del mundo en la biblioteca era ajeno al fictício suceso que había presenciado. Hacía mucho tiempo que un libro no me había enganchado tanto.
Era un final imprevisto. Era duro pensar que ese mismo personaje, ese chico que habías acompañado a través de un mar de papel acabara muerto.
El mismo rayo anaranjado hace poco descrito entró por las ventanas de la biblioteca y un escalofrío me recorrió la espalda. Nadie más se movía de su sitio, pero yo sabía que pronto cerrarían. Cogí mi mochila y salí con ella colgada del hombro. Ya en la calle, el viento era húmedo y frío y tuve que ponerme la chaqueta que había traído conmigo.
Habiendo comenzado el camino de vuelta a casa me di cuenta de que seguí con el libro en la mano. Me había hecho recapacitar.
La noche había cubierto el cielo, y mi casa aún se encontraba lejos. Pasé al lado de una zona con césped y no pude evitar la tentación de tumbarme allí.
Me coloqué la mochila en la nuca y comencé a mirar las estrellas. Yo también tenía algo en mi interior que quería salir y así lo estaba demostrando.
En el fondo lo sabía; mi impacto por aquella historia tenía su motivo. El chico de aquel libro no era muy distinto a mí. Su dolor no me era desconocido. Muchas veces me había sentido así pero quizá mi cabeza bloqueó los impulsos propios del lado oscuro, el mismo lado oscuro que ese libro había despertado ahora... Después de aquello, de aquel breve momento acariciando la hierba, mi destino sería regresar a casa, donde nadie me esperaría. Mis lazos con este mundo ya no existían. No pertenecía a él. Quizá mi destino era actuar como aquel libro me había revelado..."
Cierro el libro. Mi móvil ha vibrado con fuerza cerca de mí. Antes de comprobar quien es, veo como solo me quedan veinte escasas páginas de lectura y el destino de aquel chico me tenía anonadado...
Rehuso de seguir leyendo y veo quien era. Era ella, el motivo de mi sonrisa.
Aún recuerdo cuando encontré ese libro en un remoto lugar de mi dormitorio, como colocado allí por alguna razón. Un libro dentro de un libro y dentro de otro libro, este último, el que descansa encima de mi mesa..
Me ha hecho pensar... no en la historia, no en ese impulso homicida que se transmite del intraprotagonista al protagonista; la vida es demasiado maravillosa como para extinguirla por ti mismo. pero... el libro que lee aquel chico culmina con la muerte de su personaje principal, y casi muy probablemente, en las veinte páginas que me quedan, el lector de la muerte acabe también suicidándose.
Cada libro termina cuando su protagonista muere. ¿Qué es esto? ¿Tan difícil sería pensar que yo mismo no soy una mera invención? Soy el protagonista de este libro que alguien está escribiendo ahora mismo, y que culminará con mi muerte.